jueves, 30 de junio de 2011

En busca de los caminos invisibles de la trashumancia


Desde que el pasado 10 de junio se inaguró el festival de OpenPHoto de Cuenca tenía ganas de contaros el trabajo de algunos de los fotógrafos que se muestran en la encantadora ciudad.

El OpenPHoto muestra el trabajo de los fotógrafos Rimaldas Viksraitis (Lituania), Dragoş Lumpan (Rumania) y del colectivo kameraphoto (Portugal) en la Fundación Antonio Saura y de Jean-Christophe Vilain (Francia) y colectiva de autores austriacos (Austria) en la Fundación Antonio Pérez.

Me gustaría hablar especialmente dedicar este post a uno de los trabajos que vimos : “La última trashumancia” de Dragoş Lumpan de Rumania.

El proyecto inicial se desarrollo entre los años 2007 y 2008 cuando Lumpan decidió documentar la vida de una familia de pastores rumanos durante un año y medio. Durante todo este tiempo realizó numerosos viajes acompañando a la familia para conocer de cerca la vida de los pastores nómadas y utilizó no sólo la fotografía también el cine para captar el significado de lo que supone vivir entregados a sus rebaños de ovejas la cual es su fuente de subsistencia. La trashumancia podría definirse como el movimiento de los rebaños en busca de pastos frescos para el ganado. El movimiento supone no sólo un cambio para los animales, sino también para los pastores y sus familias que se ven obligados a cambiar de hogar a medida que van pasando las estaciones. Actualmente esta práctica nómada va desapareciendo en toda Europa por las exigentes condiciones de vida que supone y reemplazándose por unas condiciones de vida más cómodas y una práctica del pastoreo más sedentaria.

Concretamente la familia que Lumpan compartió la última trashumancia decidió abandonar esta práctica para asentarse en un lugar fijo. Realmente resulta complicado no adaptarse a los cambios y comodidades para perpetuar una tradición que se extinguirá con el tiempo.





Lumpan se propone con su trabajo recuperarlo de algún modo y mostrarnos está práctica nómada que va desapareciendo y supone la pérdida de una herencia cultural mantenida durante generaciones. Los caminos que los pastores y sus rebaños recorrían formaban parte del paisaje de ese lugar y estas rutas van desapareciendo y el paisaje olvidando las huellas de quienes pasaban por allí. La vida moderna se impone y ya sólo se trata de un origen y un destino, sin importar cómo hacer ese camino recorrido.



El fotógrafo se propone continuar trabajando en la búsqueda y comparativa de otras rutas de la trashumancia que aún permanecen vivas entre ellas las antiguas rutas de los Balcanes en países como Albania, el norte de Grecia, Gran Bretaña, Italia o Turquía.

En la inauguración de su exposición Lumpan contaba como se han sustituido estas costumbres tradicionales por seguir otras que quizás no sean tan provechosas pero que de algún modo confiesa la necesidad de seguir. Algunas de las fotografías muestran un perfecto contraste entre el movimiento de las ovejas y lo que permanece estático. Recuerdo que dentro de la propuesta expositiva, su mujer nos contó como Lumpan había instalado en la planta superior de la sala una cámara fotográfica fija que tomaba de forma automática fotografías cada 30 segundos aproximadamente y desde un mismo lugar. Esto me ha hecho pensar en qué quizás está interesado en comenzar a investigar otras rutas o caminos invisibles.


XIV Festival Internacional de Fotografía y Artes Visuales - PHOTOESPAÑA 2011

OpenPHoto Cuenca

10 de junio – 24 de julio

La última trashumancia

Dragoş Lumpan

Fundación Antonio Saura. Casa Zavala

(Pza. San Nicolás, s/n, Cuenca)

Horario: lun-sab: 11.00 - 14.00 h. y 17.00 - 20.00 h. / dom, fes: 11.00 - 14.00 h./mar: cerrado

Entrada general: 2€; entrada reducida: 1€

jueves, 23 de junio de 2011

Fotografiar sin mis ojos

A continuación tenéis una presentación sobre una propuesta taller llevada a cabo con un grupo de estudiantes de Logopedia y Medicina de la Universidad de Valladolid. La idea de desarrollar un taller de fotografía sin poder mirar puede parecer algo incoherente ya que la vista realmente es el sentido que nos permite fotografiar, sin embargo, podemos descubrir cómo nuestra percepción puede ser mucho más rica si por un momento nos olvidamos de ese sentido. Se trataría por tanto de potenciar "otra mirada" sin pensar únicamente en los sentidos y experimentando un lugar como si se tratara de un espacio que visitamos por primera vez.


A continuación se añade una muestra de las fotografías y anotaciones que realizaron los estudiantes conjuntamente durante el desarrollo del taller.
Espero que os gusten.

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domingo, 12 de junio de 2011

El álbum fotográfico de Lartigue

Tengo que decir que me he estado reservando a este post para aprovechar la visita a la exposición “Un mundo flotante” de Jacques Henry Lartigue en el Caixa Forum de Madrid que realizamos el pasado 31 de mayo junto con un grupo de adultos que han participado en el seminario de la Universidad Abierta de la Escuela Universitaria Cardenal Cisneros, U.A.H .
La visita a esta exposición es el broche final del curso de fotografía que hemos compartido juntos y que aprovecho para dedicar a todos ellos, por las horas que hemos compartido y los diálogos que nos han servido para descubrir juntos otra forma de mirar la fotografía.
Encontrarnos con una exposición tan completa como la dedicada a Jacques Henry Lartigue no es tan fácil, no sólo por la estupenda colección de fotografías, sino por que en ella podemos ver artilugios fotográficos, álbumes del autor y hasta una película familiar que no tiene desperdicio.
El montaje de la exposición llevado a cabo por Florian Rodari y Martine DÀsier de la Vigerie crea un itinerario interesante que comienza por las primeras fotografías realizadas por Lartigue cuando era niño, pasando por espacios temáticos dedicados a los contenidos que más le interesaron a Lartige durante toda su vida. El movimiento, la velocidad, la vida moderna y sus mujeres hasta llegar al final del recorrido con las últimas fotografías tomadas por Lartigue. Durante el recorrido por la exposición nos encontramos con unas cajas blancas construidas para mirar a través de dos lentes y que son en realidad fotografías estereoscópicas. Además muchas de las fotografías que podemos ver en la exposición están tomadas con este tipo de cámaras de las que tanto fascinaban a Lartigue. Me ha parecido interesante mencionar ese diseño expositivo de los comisarios ya que parece como si las fotografías se ordenaran como si de un álbum fotográfico se tratarse. Paralelamente a la exposición se celebraron en los meses de marzo y abril unos seminarios en los que se abordaba de forma más profunda cada uno de estos paneles expositivos mencionados. Estrella de Diego fue la encargada de adentrarnos en cada uno de esos temas que más interesaron a Lartigue contextualizándolos y abriendo la vista al panorama de la fotografía durante aquel momento.
Regresando a nuestra visita de la exposición, creo que las imágenes más significativas que os podría mostrar son aquellas que cada uno de nosotros escogimos. La razón es que cada uno encuentra esa atracción por la fotografía por todo el bagaje de experiencias vividas y en la medida que uno es capaz de reconocerlo en una fotografía, ésta se vuelve atractiva y casi sin saber porqué.
Mientras visitábamos la exposición propusimos escoger una foto para comentar, aquella que nos llamara la atención, bien por su composición, por la calidad de la imagen, por su belleza o no menos importante por los recuerdos que pudiera evocarnos “la fotografía”. De hecho, puede suceder que al mirar una imagen nos quedemos absortos mirándola y preguntándonos cómo esa imagen es capaz de contarnos tantas cosas que se salen fuera de los límites de la propia imagen y abren ese campo ciego del que Barthes nos hablaba. Sin darnos cuenta puede ser un simple detalle o cualquier elemento que nos atrapa y llena de significación la fotografía. Este concepto reconocido por Barthes como punctum transforma la imagen que miramos en algo más nuestro al encontrar cierta analogía entre nuestra vida y la imagen observada y es lo que vuelve significativa la fotografía para el que la mira. Ese punctum no tiene porque ser descubierto por todos los que miran, incluso puede permanecer invisible dormido en el recuerdo dentro de la fotografía, y descubrirlo con el paso del tiempo.
Coincidiendo con Barthes, muchas de las fotografía que escogimos de la exposición de Lartigue mucho tienen que ver con esa evocación de la fotografía y que sin duda describe nuestra personal forma de mirar las imágenes.
En el primer panel de entrada con el título “El fluir del tiempo” aparece esta fotografía escogida por Mari Paz y es una de las fotos que le recordó especialmente momentos de su infancia en la que se veía a ella jugando con su hermano y que quizás sea un mínimo detalle para sentirnos protagonistas de escenas similares.









“Baño en mi habitación con hidrodeslizador de hélice. Foto realizada con mi Gaumont Block Notes colocada sobre una tabla. Dudu accionó el obturador”.París 1904


Ángel escogió una fotografía en el panel siguiente dedicado a la Mirada moderna. El amanecer es ese momento especial del día que hemos vivido no en ese mismo lugar, pero sí en otros lugares a los que nos traslada directamente al mirar esta fotografía. Angel también comento como junto a esta fotografía se situaba otra, pero del atardecer aunque para el es precisamente el amanecer lo que resulta evocador.

“Al alba”.Hyères,1929.




Carmen Rosa escogió una fotografía que dice mucho de cómo es ella. La imagen muestra a una mujer conduciendo o al menos la imagen sugiere que una mujer conduce un gran coche para la época, concretamente en 1926. Aparte de la fascinación de Rosa por aquel gran coche negro, ella nos comenta el sentir estar allí en aquel momento conduciendo ese gran coche como símbolo de modernidad pero no sólo por el coche, sino por el hecho de saber conducir y es que para aquella mujer sin duda debía ser todo un privilegio.






“Bibi con mi coche nuevo”.1926.




Dentro del panel dedicado a la ligereza, Samuel escogió la fotografía de Suzanne Lenglen suspendida en el aire mientras jugaba al tenis y en este caso es más la fascinación por la ingravided al apreciar ese instante junto con la extraña sombra recortada sobre la pista. Antonio también coincidió en su elección con esta fotografía y sin duda lo merece ya que el movimiento congelado de la figura nos hace ver instantes imperceptibles por nuestra vista.


“Suzanne Lenglen”.Niza, 1921.




Antonio nos comentó también sobre otra fotografía en la que aparece un grupo de chavales jugando al fútbol en la playa y son retratados jugando y con movimientos diferentes. La composición y el juego de equilibrio de cada uno de los cuerpos también merece la pena detenernos y es que parece como si se tratara de un baile.



Aquí me uno a contar algo de mi fotografía, pues mucho tiene que ver con ese baile de los cuerpos caminando por un muelle y son cuerpos azotados por el viento que temen caerse. Tanto el juego de luces y de movimiento, como la sensación de ir caminando por un espacio del que temes caerse me pareció espectacular y por eso no dudé en escogerla. La imagen se enmarcaba dentro de la vida moderna.

“Bibi, Ariet e Irene. Tormenta en Cannes”. 1929.



Otra de las fotos que me pareció entrañable fue la que escogió Ángeles. Es una foto estereoscópica que forma parte de una serie de imágenes en las que Marcelle trata de subirse al burro. Ángeles comenta como le recuerda a su pueblo y a situaciones similares que ella ha vivido en su infancia y que ese escena en concreto le sugiere. En realidad este tipo de imágenes forman parte de aquellas que no se suelen mostrar ya que se sobrentienden, pero que a Lartigue le interesan más que mostrar a la mujer subida ya en el burro.


“Marcelle Rouzat”.1912.




Por último, Chema a quien le gustaban todas las fotografías y que realmente le resultó difícil decidirse por una de ellas. Reneè y el reflejo en su espejo aparece retratada en varias ocasiones por Lartigue. Reneè fue amante y modelo que aparece en fotografías dedicadas a la vida moderna donde el pelo corto en la mujer ya era un signo de atrevimiento y modernidad.

Aquí os dejo algunas de las imágenes en las que Lartigue retrata a Renèe.


"Reneè".París. 1912


sábado, 4 de junio de 2011

Peeter Tooming (1939-1997)

“ El cine es mi trabajo, la fotografía es mi pasión”. Este pensamiento está latente en todo su trabajo fotográfico. En 1964 Tooming junto con otros fotógrafos fundaron un colectivo fotográfico llamado Stodom que se conviertió en un grupo más que conocido en dejar su impronta en la historia de la fotografía de Estonia. Peeter Tooming ha realizado cientos de exposiciones, las más destacadas: De vuelta a casa, La historia de un solo día, Desnudos en la prisión del Ayuntamiento entre otras tantas exposiciones.

Todas sus propuestas expositivas se caracterizaban por la originalidad e interés de cada una de ellas y sin duda se adelantaban al pensamiento de la época. Tooming creó el Premio anual de fotografía en 1983 así como un premio para jóvenes fotógrafos en 1986, lo cual le distinguía no sólo por su trabajo artístico, sino también por impulsar y fomentar el uso de la fotografía en Estonia.

Su fotografía forma parte del patrimonio artístico de la ciudad de Tallin en el que se nos muestran fotografías inspiradas en su tierra con una mirada asombrosamente contemporánea .Por otra parte, el interés por la historia de la fotografía queda reflejada en los numerosos artículos y publicaciones sobre el tema (Photo? Photo! Photo…,Silvery Road, About Photo Again, Attention, Snap! entre otras)

“55 años después” es el título de un libro que tras mucho esfuerzo publicó Tooming. En él retrataba la vida en Estonia del mismo modo que Carl Sarap lo hizó 55 años antes . En el libro Tooming trató de seguir los pasos de Sarap y fotografiar esos mismos lugares cincuenta y cinco años más tarde. Algunos de los temas que revelaban las fotografías también formaron parte en el formato cinematográfico como Moments, Fotorondo, Years, Photoworry.

Los documentales que realizaba para la televisión también destacaban por su originalidad. Podemos recordar uno de sus trabajos audiovisuales en los que se viajaba por diferentes rincones del país ensalzando siempre a la figura del fotógrafo como si se tratara de un auténtico héroe.

Aquí os muestro “Ühe päeva lugu”/ “La historia de un día” es un viaje que Tooming realizó en coche desde la señal kilométrica 15 hasta la 115. Este trabajo cuenta con 100 fotografías tomadas durante ese trayecto y en el que la fotografía se encarga de registrar el paso por cada uno de los lugares que representan los kilómetros recorridos durante el día. En las imágenes podemos ver la numeración de cada una de las señales kilométricas que nos marca ese paso por los lugares. Considero que se trata de una idea sencilla, sugerente y reflexiva para conocer un lugar que bien puede ser conocido o desconocido, y que sin embargo, despierta la curiosidad por saber que es lo que se esconde en cada pequeño espacio recorrido.

Podemos también hablar de los diferentes comienzos y finales de cada uno de los kilómetros recorridos ya que a la llegada de cada una de estas marcas se descubre un nuevo espacio para ser fotografiado. Citando a John Brinckerhoff Jackson “Las carreteras no sólo llevan a los lugares, sino que son los lugares”. Brinckerrhoff también estaba muy interesado en los trazados de las carreteras y coincide con Tooming en plantear como esos no lugares, esas señales kilométricas pueden ser una buena excusa para mirar y fotografiar, sin duda, hay una cuestión de actitud para plantearse qué fotografiar.

¿KILÓMETRO 113?

“Many have obviously understood already that taking a photograph does not mean pressing the buttom only but one should be well prepared for it, the photo does not have to be but a real-life reportage; the method of staying may yield good photos as well”

Peter Tooming, 1980

Elusive Tooming

Peeter Tooming was born on 1st of June in 1939 in Virumaa. He studied at Rakvere Gymnasium and later gradated as a journalist from Tartu University. For 33 years (1961.1994) he worked as director-cameraman of documentary Films at the Tallinnfilm. Later he was a freelance film and televisión director.

Peeter Tooming said, “Cinematography is my work, photography is my love”. And this is clearly revealed in his work. Already in 1964 he and the like-minded Bellow photographers founded a Photo Group Stodom that quickly became widely acknowledged and has Leith his imprint in the history of Estonian photography. He had over a hundred personal exhibitions(Returning Home, A tale of a day, Photo Nudes in the Tallinn Town Council´s Prison and others). These exhibitions were always intriguing and exciting, they were so obviously born ahead of their time. In order to offer encouragement to young photographers, Tooming established an annual prize (1983-1991) and then another for a young photographer (1986-1991).

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His work took him everywhere in Estonia and made him aware of the Rich photographic Heritage. He became more and more interested in the history of photography and started Publishing articles and alter that books on photography (Photo! Photo? Photo…, Silvery Road, About Photo Again, Attention, Snap! and others). The books of photos 55 Years Later were a huge effort indeed. Peeter followed the footsteps of his colleague Carl Sarap, who had taken photos of whole Estonia 55 years before. Peeter´s books show the same places 55 years later (1990-1996). His topics were included in his Films as well (Moments, Photorondo, Years, Photoworry and others). His documentaries for televisión are original for choosing the hero from among village photographers, showing also their quirks and peculariarities. But great things appear as well…where then was the tiny spy camera Minox, a real wonder, actually invented? The story of the connection between the Minox and Estonia was first published thanks to Peeter Tooming.