miércoles, 16 de noviembre de 2011

Fantasmagorías de la identidad


Este trabajo es una de las imágenes que tengo guardadas en mi memoria durante el tiempo que estuve viviendo en Atenas. Pasaba casi a diario delante de esta imagen y siempre tenía ganas de pararme a mirarla, pero nunca me detuve. Puede ser que el llegar a verla tan frecuentemente hiciera que no necesitara detenerme ya que formaba parte de esa colección de imágenes cotidianas con las que se conviven y el hecho de que en cualquier momento me podía detener a mirarla. Después de los años y de vez en cuando me venía de nuevo a la cabeza, hasta que paso a ser una visita pendiente cuando volviera a pisar Atenas.
Este verano tuve la oportunidad de hacerlo y saldar esta cuenta pendiente con mis recuerdos. Así que cámara en mano y con la intención expresa de observarla de cerca me dirigí al metro de Omonia.
Este trabajo forma parte de obras de artistas griegos contemporáneos que se pueden visitar en diferentes estaciones del metro de Atenas y que recomiendo estar atentos cuando visitéis en metro la ciudad. La siguiente obra está en los pasillos de la estación de Omonia bajando las escaleras en dirección a la línea roja de metro.
Este trabajo fue realizado por el artista Nikos Kessanlis entre los años 1963 y 1965 y posteriormente fue expuesto en Berlín,Paris,Milán hasta que finalmente encontrará su ubicación en el metro de Atenas el año 2000, donde en mi opinión se encaja perfectamente en este entorno de tránsito de gente.
Kessanlis muestra un juego de sombras ,podríamos decir que se trata de una especie de sombras chinescas o recuerde a los griegos las historias de Karagiozis y sus marionetas. A diferencia de éstos, la obra del artista es una sucesión de escenas diferentes que muestran un juego de sombras de personas reales y vivas en lugar de marionetas. En cada una de estas escenas de juego hay personas de diferentes edades que juegan y se descubren tras la tela como un momento para ser ellos mismos y descubri lo que hay detrás de la tela y de la sombra . Hay que decir que la sombra, compañera de la luz tiene un significado añadido para la antigua Grecia. La sombra también conecta con la muerte y esa ausencia de luz que genera la sombra se proyecta simbólicamente en el mundo de las sombras en que habitamos según contaba Platón.
El hecho de situar esta obra en el metro sirve también de espejo e invitación a la reflexión para las personas que por allí transitan. El metro es un lugar público por el que siempre estamos de paso, como en la vida y no se necesitan rostros para esa obra aunque sí rastros, huellas de que esas personas son reales como nosotros mismos que paseamos y nos movemos por esos pasillos.
Hay un detalle irónico que me gustaría destacar y es cómo el artista está presente en esa obra aunque fuera de ese juego de sombras que ocupa gran parte de la obra. En la esquina inferior derecha Kessanlis aparece tumbado en el suelo con un brazo levantado aunque no podemos ver su rostro ni el de su perro que permanece sentado junto a él observando lo que sucede detrás de esa tela. Hay una firma de Nikos bajo su imagen que revela al espectador la identidad de que el artista también está dentro de esa obra.
La cámara está también presente como la encargada de registrar esa imagen que vemos cuando en realidad se trata de una tela emulsionada que por la acción de la luz de diferentes proyectores se ha convertido en fotografía (en relación con este tipo de procedimientos fotográficos sin cámara podéis ver el post de Shadow Catchers)
Considero que su presencia es la de creador de una imagen que nos ofrece como un fotógrafo que construye la imagen de una determinada realidad y que convierte en fotografía. Sin duda su presencia es indicio de que hay algo más de lo que aparentemente vemos y que nos trata así de contar.
No quería terminar sin dejaros unas fotografías que tomé mientras andaba por el metro de Nueva York donde en los transitados pasillos se escriben mensajes que se leen o se miran de reojo aunque no nos detengamos y pensemos que en cualquier otro momento también podremos hacerlo.






























Para más información de Fantasmagorías de la identidad ver enlace.Otras obras de Nikos Kessanlis.

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